El terror en el teatro...una reflexión.

En el día a día aquellos que trabajamos dando miedo "en vivo" encontramos dificultades en el camino que nos invitan a una reflexión: ¿cuáles son las claves del género de terror en el teatro?

Cuando alguien dice: esa película me dio mucho miedo, ¿qué significa?. Probablemente que por unos segundos, sintió que aquello que estaba sucediendo en la pantalla podría sucederle también a él. La emoción de miedo conlleva algo más que sentirse identificado con la persona que lo está viviendo en diferencia a cuando lloramos viendo un drama en el cine...por esta razón es tan difícil el género de terror en todas sus formas.

Nuestro trabajo como equipo no sólo se basa en escenificar situaciones, en crear conflictos entre personajes o en crear tramas angustiosas. Nuestro trabajo es estudiar y esquematizar las claves del terror en un escenario, buscamos una comprensión global del sentimiento de miedo y las formas de provocarlo.

Trabajamos basándonos en una premisa: el espectador tiene que sentirlo como algo real, una realidad paralela a la que le sucede todos los días...sin caer, por supuesto, en el naturalismo ya que no debemos olvidar que es teatro.

En nuestros espectáculos no buscamos sólo el "susto" rápido y eficaz propio de las rutas del terror y espectáculos de ese estilo. Buscamos generar la angustia y tensión en el espectador y llegar al momento en el que ni siquiera él mismo sepa explicar porqué está sintiendo miedo.

Por eso necesitamos que el teatro del terror sea un teatro vivo, un teatro donde el espectador es un actor más, sintiéndose así parte de la realidad ficticia. Donde el espectador pueda variar la realidad si lo cree conveniente y así poder ir manejando cada uno de los estímulos. Cuánto más libre se sienta el espectador más vivas estarán sus emociones.

Por esto los actores y el equipo de producción de nuestros espectáculos deben tener una formación y experiencia en este género para entender las claves con las que más tarde van a funcionar delante del público. Debemos actuar según nuestras premisas de guión pero el espectador nos acompaña a cada paso, por eso le daremos la mano para poder transmitirle nuestro miedo de una manera más cercana. Nos haremos amigos de él para poder conocer sus reacciones y llegar a nuestro objetivo: su miedo.

¡Una pequeña reflexión... queda mucho por andar!